Ayuntamiento de Mañeru
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Geografía:

Mañeru es una bonita localidad situada en la comarca geográfica llamada Val de Mañeru, dentro de la merindad de Estella. El valle lo componen, además, los municipios de Artazu, Cirauqui y Guirguillano.

La extensión del valle es de 84,2 Km². Geológicamente es una depresión alargada que se extiende desde el río Arga hasta el diapiro de Alloz. Su parte central está configurada por yesos, areniscas, limos y arcillas rojas, mientras que en los bordes abundan las margas y areniscas.

El término municipal de Mañeru limita al norte con Guirguillano, al este con Artazu y Puente la Reina, al sur con Mendigorría y al oeste con Cirauqui. Topográficamente el terreno se inclina de oeste a este, desde los 756 metros que alcanza en la muga con Cirauqui y Guirguillano hasta los 313 en el valle del Arga.

Los meandros de este río en Campollano y Soto Aldea hacen de límite municipal con Puente la Reina y Mendigorría.

Su altitud sobre el nivel del mar es de 456 metros y la distancia a Pamplona es de 26 Km.

La población de Mañeru, como es lógico, ha evolucionado a lo largo de la historia. Tomaremos una serie de años como referencia, desde la Edad Media hasta nuestros días.

Los datos de la Edad Media vienen determinados en «fuegos» y cada uno se corresponde aproximadamente con 4,5 habitantes. Así, en 1350 tenía 32 «fuegos» (144 habitantes). En 1366 habían descendido a 10 (44 habitantes) probablemente como consecuencia de las epidemias periódicas que se producían por entonces. Los fuegos eran ya 70 (315 habitantes) en el año 1553 y ascendieron a 78 en 1646. La etapa de mayor población corresponde a la década de 1860 en que llegó a tener unos 1.200 habitantes. A partir de ahí el declive fue lento pero constante: unos 1.100 habitantes en 1900, 700 en 1950. En 1986 tenía 362 habitantes de hecho y 403 de derecho. En la actualidad los habitantes son unos 382, con una distribución muy similar entre hombres y mujeres. La densidad de población es de unos 29 habitantes por kilómetro cuadrado.

Mañeru tiene una economía diversificada. En el sector agrícola predominan los cultivos herbáceos de secano sobre los leñosos, aunque esto no siempre fue así. Antes de la «filoxera» de la vid, ésta ocupaba casi 540 hectáreas y nunca logró recuperar estas cifras de cultivo.

Actualmente este cultivo supone unas 112 hectáreas. Los cultivos herbáceos y el barbecho suponen unas 458 hectáreas, mientras que el olivar y frutales ocupan 30 hectáreas. Por lo que respecta a la ganadería, hay que destacar la ganadería ovina.

En el sector secundario, hay que citar la fábrica de yesos, la bodega cooperativa vinícola que comercializa el vino con la marca Belardi, dos carpinterías de aluminio, otra carpintería de madera, un taller de maquinaria agrícola y un taller de electricidad.

En el año 1908 se fundó una Cooperativa agrícola-Caja Rural, en 1950 el Trujal Cooperativo «San Pedro» y en 1959 la Bodega Cooperativa «La Cruz».

Naturaleza:

En su suelo de la mitad septentrional abundan las arcillas y areniscas, mientras que en el resto los materiales predominantes son los yesos, las arcillas y las areniscas rojas.

El clima es de tipo mediterráneo continental.

La temperatura media anual oscila entre los 12º-14º C. Las precipitaciones varían entre los 500 y 800 milímetros, caídos en unos 60-100 días.

En sus parajes anidan diferentes especies de aves: buitres, águilas reales; y animales de caza menor.

Historia:

Las referencias más antiguas se remontan a la época romana y de esta etapa procede una estatua de Mercurio en bronce del siglo II d.C., época imperial romana.

Fue villa de señorío realengo cuya pecha anual redujo el Rey Sancho VI el Sabio a 700 sueldos en el año 1193, a la vez que le concedía una serie de fueros. En su término poseyeron heredades el monasterio de Iranzu y la Orden Militar del Hospital de San Juan de Jerusalén. Esta Orden se comprometió en 1290 a no enajenar sus campesinos si no era al rey. Poseía la iglesia parroquial y se benefició de la cesión de parte del diezmo por parte del Obispo de Pamplona en el año 1351. Mañeru se libró del señorío de esta Orden Militar en el año 1555 al pagarse 800 ducados al convento del Crucifijo de Puente la Reina.

En el año 1630 se separó administrativamente del Valle de Mañeru. En 1665 la villa compró al rey su asiento en Cortes, pero el privilegio fue anulado once años después.

A finales del siglo XVIII la villa contaba con administración de tabacos; el aceite y, sobre todo, el vino eran los principales productos de sus campos. Por entonces la industria de encajes estaba en decadencia.

En 1848 había escuela de niños, a la que asistían 94 alumnos y cuyo maestro percibía 4.000 reales. Había también escuela de niñas, frecuentadas por 72 y cuya dotación para el pago del maestro era de 2.000 reales. Estas cantidades se cubrían en parte por las retribuciones de los alumnos y en parte con fondos comunes del Municipio.

Por estas mismas fechas de mediados del siglo XIX la iglesia parroquial estaba dirigida por un Vicario presentado por los propios vecinos y por cinco Beneficiados, cuya provisión correspondía al Rey y al convento de San Juan de Puente la Reina.

Hacia 1820 en la villa había un molino y algunas fábricas de aguardiente, además de trujales. La producción principal seguía siendo el vino y la actividad industrial más destacada era la extracción de yeso.
Mañeru fue también escenario de la primera Guerra Carlista (1833-1840). El general Fernández de Córdoba desalojó de Mañeru en el año 1835 a unos cuantos batallones carlistas que trataron de oponerse a la fortificación de Larraga.

Ya en el siglo XX Mañeru padeció las consecuencias de la industrialización viendo como sus jóvenes se marchaban del pueblo. Actualmente vive un repunte en su población gracias a las nuevas urbanizaciones en construcción y la mejora de las comunicaciones.

Arte:

Heráldica municipal: El escudo de Mañeru está dividido en cuatro cuarteles. En el primero, de azur, hay un castillo de oro.En el segundo, de gules, y lobo pasante sobre rocas en su color natural. En el tercero, de gules, con las cadenas de Navarra de oro. En el cuarto, de azur, tres palos de oro. Por timbre lleva una corona abierta.

Casa Consistorial: Se sitúa en la Plaza de los Fueros y fue construida a finales del siglo XIX. En ella se ubican otros servicios como el consultorio médico, las escuelas públicas y la biblioteca.

El conjunto urbano de Mañeru presenta un trazado irregular y quebrado propio de una villa de origen medieval. Se organiza en torno a amplios espacios abiertos, como la plaza de San Pedro en la que se halla la parroquia, y en un nivel más bajo, la Plaza de los Fueros y el rellano de donde parten estrechas calles que enlazan o confluyen con la calle Mayor. En estas calles y plazas se levantan casas de tres cuerpos o más, construidas en sillarejo dispuesto en hileras horizontales y con sillares en los enmarques de los vanos y en las esquinas.

En el eje de la fachada, o algo desviada, se abren las puertas principales con potentes dinteles de piedra o arcos de medio punto con grandes dovelas.

Sobre ellas suelen aparecer ostentosos escudos de piedra que se fechan desde el siglo XVI al XIX.

Destaca en este aspecto la calle de la Luna por la abundancia de escudos y por su irregular trazado.
La fuente neoclásica del siglo XVIII rematada en un frontón curvo fue durante muchos años lugar de encuentro y desencuentro de los vecinos.

Crucero del último tercio del siglo XVI situado en la salida hacia Pamplona. Tiene un pedestal poligonal sobre el que se asienta una columna también poligonal con capitel compuesto.

El conjunto está rematado con una cruz en cuyo anverso está la imagen del crucificado, en el reverso está la Virgen con el niño y un querubín. Las figuras son de estilo romanista.

Arquitectura religiosa: Parroquia de San Pedro Apóstol: Edificio neoclásico de finales del XVIII que sustituye al primitivo de los siglos XVI y XVII en el que había participado el maestro Juanes y su hijo Pedro de Urbieta en las obras de la cabecera, capillas y bóvedas. Parte del edificio del siglo XVI se ha aprovechado en la zona de los pies. Su original disposición se ha atribuido a Ventura Rodríguez, aunque en los libros parroquiales se confirma la participación de Santos Angel de Ochandátegui.

Tiene planta de cruz latina con amplio crucero cubierto con una bóveda de media naranja con linterna.

A los pies del templo se halla un coro alto encajado en la estructura interna de la torre que es la parte aprovechada del siglo XVI.

En el exterior la iglesia presenta muros de sillería y una pureza de volumen propia del Neoclásico, resaltándose los ábsides de los brazos del crucero y cabecera.

La portada principal tiene puerta adintelada. Por encima de ella hay una hornacina donde se aloja la figura de San Pedro sedente revestido de pontifical del siglo XVI.

La torre se levanta a los pies y tiene dos cuerpos: el inferior es del siglo XVI, mientras que el cuerpo de campanas es barroco del siglo XVIII.

Retablo Mayor: Fue proyectado por Victor Eusa y realizado en 1930 por Arrieta, según modelos neoclásicos. El conjunto es majestuoso por el diseño y por el dorado. En el centro se aloja una hornacina y tallas de San Pedro, San Fermín y San Francisco Javier.

Otras obras artísticas en la Iglesia: Conjunto de reliquias que fueron traídas de Santa María de Nájera en 1606. Tallas de la Virgen del Rosario, Santa Bárbara, San Andrés y otros santos, todos ellos con sus reliquias cuya abundancia en la iglesia de Mañeru llama poderosamente la atención.

Se encuentra también en la iglesia la talla de un Crucificado salido del taller de Bernabé Imberto, así como las de Santa Bárbara y la Virgen del Rosario. Destacan, así mismo, los retablos de la Virgen del Rosario y Santa Catalina de estilo romanista del siglo XVI realizados por Bernabé Imberto.

En el coro de la parroquia existe un órgano de finales del siglo XIX, realizado por los hermanos Roqués de Zaragoza que presenta una tubería de gran calidad y que fue restaurado en 1982.

Ermita de Santa Bárbara: Se encuentra en el monte, a media hora de camino, de estilo rural restaurada hace unos años. En su interior encontramos un retablo barroco de la segunda mitad del siglo XVII.

Fiestas: A lo largo del año Mañeru disfruta de distintas festividades. El primer domingo de septiembre las fiestas grandes tienen su gran día. Casi una semana de diversión y alegría en la que no faltan espectáculos taurinos, música y diversión para todos. Cenas y comidas populares reúnen a los mañerucos en torno a la mesa, bien sea en la plaza o en los locales que poseen las cuadrillas, donde las sobremesas se alargan durante toda la noche.

El 29 de junio festividad de San Pedro, Mañeru honra a su patrón con gran solemnidad. Dos días conocidos como las «fiestas pequeñas» de continua diversión.

A lo largo del año las fiestas locales animan la vida diaria. El el cuatro de diciembre conmemoran la festividad de Santa Bárbara, copatrona de Mañeru, santa a la que sus habitantes profesan una gran devoción. La ermita, situada en el monte, está consagrada a su honor y a ella se sube en romería el primero de mayo.

Tradiciones:

La llegada del solsticio de invierno se anuncia con una gran hoguera.

El siete de diciembre por la noche se enciende el fuego en la calle Inmaculada. Las matas que antiguamente traian los niños del campo se han sustituido por grandes maderas para que las llamas alcancen la mayor altura posible.

Los vecinos de la calle abren sus bodegas invitando a vino de Mañeru y aperitivos diversos.

La ronda, de una bodega a otra, la realizan los más mayores. Los jóvenes cenan en torno al fuego y la juerga dura hasta bien entrada la madrugada.

Fiestas:

FESTIVIDAD FECHAS
 1ª subida a Santa Bárbara 30 de abril
Fiestas de San Pedro 29 y 30 de junio y 1 de julio
Fiestas Patronales Del 25 al 30 agosto

A lo largo del año Mañeru disfruta de distintas festividades. El primer domingo de septiembre las fiestas grandes tienen su gran día. Casi una semana de diversión y alegría en la que no faltan espectáculos taurinos, música y diversión para todos. Cenas y comidas populares reúnen a los mañerucos en torno a la mesa, bien sea en la plaza o en los locales que poseen las cuadrillas, donde las sobremesas se alargan durante toda la noche.

El 29 de junio festividad de San Pedro, Mañeru honra a su patrón con gran solemnidad. Dos días conocidos como las «fiestas pequeñas» de continua diversión.

A lo largo del año las fiestas locales animan la vida diaria. El cuatro de diciembre conmemoran la festividad de Santa Bárbara, copatrona de Mañeru, santa a la que sus habitantes profesan una gran devoción. La ermita, situada en el monte, está consagrada a su honor y a ella se sube en romería el primero de mayo.

Desde el año 2003 la tarde del 24 de diciembre Mañeru espera la visita del Olentzero. Con él se recorre las calles del pueblo cantando villancicos y todos meriendan chistorra y castañas asadas.

La Cabalgata de los Reyes Magos es ya una tradición antigua. Los Reyes vienen cargados de regalos y en la Iglesia los reparten entre los niños.

Idioma:

El idioma que se habla es el castellano, aunque la mayoría de los niños, adolescentes y cada vez más adultos entienden y hablan el euskera.

Gastronomía:

La calidad de sus vinos ha hecho de Mañeru un referente en Navarra.

En su bodega se elaboran tintos, rosados y blancos. Entre 1981 y 1989 estos vinos recibieron trece premios en el concurso de Calidad de Vinos organizado por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen de Navarra.

Debemos destacar que 10 de los galardones fueron primeros premios, un segundo y dos menciones honoríficas. Toda la producción anual de vino se vende en la propia bodega bien a la menuda o embotellado.

LEYENDA: La cruz del aceitero.